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El Tribunal Supremo cae en picado: Una encuesta muestra que los estadounidenses no confían en los conservadores

La confianza del público en el Tribunal Supremo está en su punto más bajo, ya que el tribunal sigue siendo objeto de críticas por lo que los críticos sostienen que ha sido un patrón de legislar desde el banquillo.

Según Gallup, sólo el 25% de los estadounidenses tienen “mucha” o “bastante” confianza en el poder judicial, un marcado descenso del 11% respecto a hace un año. El sondeo, realizado entre el 1 y el 20 de junio, forma parte de una tendencia más amplia de las instituciones gubernamentales que sufren una crisis de credibilidad, como señaló Gallup. Aun así, “la caída de 11 puntos en la confianza en el Tribunal Supremo”, señaló, “es aproximadamente el doble que la de la mayoría de las instituciones que experimentaron un descenso.”

Entre los demócratas, la confianza en el tribunal es actualmente del 13%, frente al 39% de los republicanos. Según Gallup, la confianza de los primeros en el tribunal es la más baja de la historia de Gallup.

La encuesta de Gallup se produce tras numerosas sentencias controvertidas del Tribunal Supremo sobre el aborto, la mala conducta policial, el control de armas y la separación entre Iglesia y Estado.

En mayo, el Tribunal sacudió a los defensores del aborto con la noticia, dada a conocer por Político, de que estaba dispuesto a anular el caso Roe contra Wade, la histórica sentencia de 1973 que establece el derecho constitucional al aborto en Estados Unidos. El martes, el tribunal de mayoría conservadora volvió a conmocionar a una amplia franja de la opinión pública estadounidense cuando dictaminó que el estado de Maine no puede excluir a las escuelas religiosas de la financiación pública, asestando un golpe decisivo a la cláusula de establecimiento, el mandato constitucional de Estados Unidos de mantener el sesgo religioso fuera de la política pública.

Más recientemente, el tribunal dictaminó que los agentes de policía no pueden ser demandados por los sospechosos por no informarles de sus derechos Miranda, establecidos para proteger a las personas de la autoinculpación. El poder judicial también anuló una ley de Nueva York sobre armas de fuego que exigía a los aspirantes a poseedores de armas que demostraran que tenían una “causa adecuada” para obtener una licencia de porte oculto.

Mientras tanto, los jueces conservadores del Tribunal Supremo han argumentado con firmeza que su jurisprudencia no se ve afectada por su política personal.

“Las filosofías judiciales no son lo mismo que los partidos políticos”, dijo la jueza Amy Coney Barrett en un discurso el pasado mes de septiembre, y añadió que su objetivo era “convencerles de que este tribunal no está compuesto por un grupo de partidistas.”

Pero incluso dentro del tribunal, a los jueces les preocupa que, independientemente de si el tribunal es político, la propia percepción de que lo es socava fundamentalmente la democracia.

El pasado mes de diciembre, durante los argumentos orales de la mencionada sentencia sobre el aborto, la propia jueza liberal Sonia Sotomayor expresó sus dudas de que el tribunal pudiera “sobrevivir al hedor” de la anulación de Roe. “Si la gente realmente cree que todo es político, ¿cómo vamos a sobrevivir?”, preguntó. “¿Cómo sobrevivirá el tribunal?”.