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El Reino Unido suaviza las restricciones en línea tras las protestas por la libertad de expresión

LONDRES (AP) – El Gobierno británico abandonó el lunes un plan para obligar a las empresas tecnológicas a eliminar contenidos de Internet que sean perjudiciales pero legales, después de que la propuesta suscitara fuertes críticas de legisladores y grupos de defensa de las libertades civiles.

El Reino Unido ha suavizado su proyecto de ley sobre seguridad en Internet, un ambicioso pero controvertido intento de acabar con el racismo, los abusos sexuales, el acoso, el fraude y otros contenidos nocivos en la red. En la Unión Europea y Estados Unidos se están llevando a cabo iniciativas similares, pero la del Reino Unido era una de las más ambiciosas. En su forma original, la ley otorgaba a los reguladores amplios poderes para sancionar a empresas digitales y de medios sociales como Google, Facebook, Twitter y TikTok.

Los críticos expresaron su preocupación por el hecho de que la obligación de las mayores plataformas de eliminar contenidos “legales pero perjudiciales” pudiera conducir a la censura y socavar la libertad de expresión.

El gobierno conservador del primer ministro Rishi Sunak, que asumió el cargo el mes pasado, ha retirado ahora esa parte del proyecto de ley, reconociendo que podría “criminalizar en exceso” los contenidos en línea.

La Secretaria de Asuntos Digitales, Michelle Donelan, dijo que el cambio eliminaba el riesgo de que “las empresas tecnológicas o futuros gobiernos pudieran utilizar las leyes como una licencia para censurar opiniones legítimas.”

En su lugar, el proyecto de ley establece que las empresas deben establecer unas condiciones de servicio claras y atenerse a ellas. Las empresas tendrán libertad para permitir que los adultos publiquen y vean material ofensivo o perjudicial, siempre que no sea ilegal. Pero las plataformas que se comprometan a prohibir contenidos racistas, homófobos u ofensivos y luego no cumplan su promesa podrán ser multadas con hasta el 10% de su facturación anual.

La legislación también exige a las empresas que ayuden a la gente a evitar ver contenidos que son legales pero pueden ser perjudiciales -como la glorificación de los trastornos alimentarios, la misoginia y otras formas de abuso- mediante advertencias, moderación de contenidos u otros medios.

Las empresas también tendrán que demostrar cómo aplican los límites de edad de los usuarios para evitar que los niños vean material nocivo.

El proyecto de ley sigue tipificando como delito algunas actividades en línea, como el ciberflashing -enviar a alguien imágenes explícitas no deseadas- y el trolling de la epilepsia, que consiste en enviar imágenes intermitentes que pueden provocar convulsiones. También tipifica como delito ayudar o fomentar la autolesión, una medida que sigue a una campaña de la familia de Molly Russell, una adolescente de 14 años que acabó con su vida en 2017 tras ver contenidos de autolesión y suicidio en Internet.

El gobierno espera que los cambios sean suficientes para aprobar el proyecto de ley en el Parlamento, donde ha languidecido durante 18 meses en medio de una oposición generalizada.