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El nuevo Código de Conducta de Supermercados debería beneficiar tanto a los canadienses como a la industria alimentaria

El costo de llenar su carrito de compras en Canadá aumentó un 10,3 % en 2022 y se prevé que aumente entre un 5 % y un 7 % adicional este año.

Lo que es particularmente preocupante de la crisis alimentaria es que los altos precios parecen estar afectando a todas las categorías de productos alimenticios, lo que sugiere que el problema afecta a toda la cadena de suministro de alimentos y no a artículos o subsectores específicos.

En respuesta a esta y otras inquietudes, el Comité Permanente de Agricultura y Agroalimentación de la Cámara de los Comunes inició estudios sobre la inflación de los precios de los alimentos y la inseguridad alimentaria mundial, que incluyeron dos reuniones separadas con los jefes de cuatro de los cinco principales minoristas de comestibles canadienses.

Un resultado de las reuniones, y un motivo de optimismo cauteloso, es la decisión de desarrollar un código de conducta de comestibles para abordar los problemas en la cadena de suministro de alimentos.

El código está destinado a abordar problemas de larga data en la industria, incluidos los minoristas de comestibles que imponen grandes aumentos de tarifas a los proveedores sin previo aviso.

Reuniones del comité permanente

El 8 de marzo, los presidentes de Loblaw, Metro y Empire (Sobeys) fueron convocados a Ottawa para testificar ante el comité de agricultura de la Cámara de los Comunes. El presidente de Walmart Canadá compareció ante el comité el 23 de marzo.

En ambas reuniones, los ejecutivos indicaron que la inflación de los precios de los alimentos se debió a problemas con las cadenas de suministro globales tras la pandemia de COVID-19: aumentos en los precios de las materias primas, escasez de mano de obra, cuellos de botella en el transporte, desastres climáticos y mayores costos de energía.

Hasta qué punto esas reuniones ayudaron a aclarar los problemas complejos que afectan a las cadenas de suministro de comestibles parece estar todavía en debate. Pero la decisión de crear un código de conducta para supermercados podría hacer que estas reuniones valgan la pena a largo plazo.

El código de conducta está siendo redactado actualmente por comerciantes, proveedores y Agricultura y Agroalimentación de Canadá, un departamento gubernamental centrado en el sector agrícola y agroalimentario del país.

Qué debe incluir el nuevo código

El código de conducta de los supermercados aún está en desarrollo. El borrador parece priorizar la resolución de disputas, en lugar de realizar cambios estructurales a largo plazo en la forma en que opera la cadena de suministro.

Pero esto podría cambiar en el futuro. Según los miembros del comité directivo del código, será posible modificar el código una vez que esté listo para su revisión en 18 meses.

Como experto en gestión de la cadena de suministro, tengo recomendaciones para futuras ediciones del código a fin de fortalecer las relaciones y el desempeño en toda la industria. Estos cambios beneficiarían no solo a las empresas involucradas, sino también a los consumidores canadienses.

El objetivo final del nuevo código deben ser los consumidores, al mismo tiempo que se asegura la prosperidad de la cadena de suministro. Para hacer esto, el código debe lograr dos cosas: promover la competencia horizontal y al mismo tiempo fomentar la cooperación vertical en la industria.

La competencia horizontal se refiere a la rivalidad entre organizaciones que operan al mismo nivel para ganar clientes, como minoristas competidores, por ejemplo.

La cooperación vertical tiene como objetivo fortalecer las relaciones entre empresas que operan en varias etapas de la cadena de suministro. Su objetivo es mejorar la colaboración en áreas que incluyen producción, distribución, intercambio de información y fijación de precios.

Prácticas de gestión de la cadena de suministro

Las prácticas de gestión de la cadena de suministro podrían utilizarse para fomentar tanto la competencia horizontal como la cooperación vertical en la cadena de suministro.

Una extensa investigación académica ha documentado la implementación exitosa de estas prácticas en todas las industrias, incluidas, entre otras, las de comestibles.

Existe evidencia igualmente amplia que destaca los beneficios de estas prácticas de gestión en áreas como los costos de suministro y logística, la confiabilidad de la entrega y la sostenibilidad.

La investigación recomienda introducir prácticas de colaboración que vayan más allá de las medidas de resolución de disputas descritas en el borrador del código. Estas prácticas incluyen:

  1. Planificación, previsión y reabastecimiento colaborativos (CPFR). Este programa tiene como objetivo mejorar la coordinación en toda la cadena de suministro para reducir la incertidumbre, mejorar la capacidad de respuesta y minimizar costos como inventarios inflados y pedidos acelerados. CPFR es altamente aplicable a la cadena de suministro de comestibles. De hecho, fue desarrollado inicialmente por Walmart en 1996 y actualmente es utilizado por LCBO y otras empresas de bienes de consumo en Canadá. El código debe fomentar la adopción de prácticas específicas de CPFR, como la previsión conjunta entre compradores y proveedores.

  2. Costeo objetivo. Bajo este enfoque, los compradores y proveedores trabajan juntos para reducir costos y garantizar un precio de venta máximo mientras protegen los márgenes. Como han indicado los autores James P. Womack y Daniel T. Jones, este enfoque requiere el “escrutinio implacable de cada actividad a lo largo del flujo de valor”. Para que este enfoque sea efectivo, debe ser colaborativo e incluir la distribución justa de responsabilidad, autoridad y beneficios entre los socios de la cadena de suministro.

  3. El intercambio de información. Las investigaciones indican que el intercambio de conocimientos genera importantes beneficios tanto para los compradores como para las redes de suministro. El código de abarrotes podría facilitar la distribución y explotación de conocimientos, tecnologías y mejores prácticas a lo largo de la cadena de suministro. Estos procesos permitirían la resolución conjunta de problemas, mejorar la optimización y la capacidad de hacer frente a las variaciones en la oferta y la demanda.

En última instancia, los objetivos competitivos deben aplicarse a toda la cadena de suministro, en lugar de etapas específicas. Es bien sabido que exprimir a los proveedores puede, en muchos casos, erosionar rápidamente la base de suministro. Estas políticas pueden ser gravemente perjudiciales no solo para toda la industria, incluidos los compradores, sino también para los consumidores.

Lo que necesitamos es un código de conducta integral que asegure la sostenibilidad a largo plazo de la industria, al mismo tiempo que protege a los consumidores en caso de futuros desequilibrios en el suministro.

Giovani JC da Silveira, Profesor, Gestión de Operaciones y Cadena de Suministro, Universidad de Calgary

Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.