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Papa pide paz en Ucrania en Semana Santa y menciona riesgo nuclear

CIUDAD DEL VATICANO (AP) — En lo que se supone que es el día más alegre de la cristiandad, el papa Francisco hizo un angustiado domingo de Pascua pidiendo paz en la guerra “sin sentido” en Ucrania y en otros conflictos armados que asolan el mundo, y expresó su preocupación por la riesgo de una guerra nuclear.

“Que haya paz para la Ucrania devastada por la guerra, tan duramente probada por la violencia y la destrucción de esta guerra cruel y sin sentido a la que fue arrastrada”, dijo Francisco, hablando desde el balcón central de la Plaza de San Pedro.

El pontífice acababa de terminar de celebrar la Misa de Pascua en la plaza repleta de fieles por la festividad por primera vez desde que comenzó la pandemia a principios de 2020. Estallaron aplausos de muchos de los asistentes, estimados por el Vaticano en 100,000 en la plaza y en un avenida cercana, cuando mencionó Ucrania.

“Por favor, por favor, no nos acostumbremos a la guerra”, suplicó Francisco, tras denunciar “la flexión de músculos mientras la gente sufre”. Una vez más, el pontífice no citó al presidente ruso, Vladimir Putin, por la decisión de lanzar la invasión y los ataques contra Ucrania el 24 de febrero.

Los corazones de la gente están llenos de “miedo y angustia, ya que muchos de nuestros hermanos y hermanas han tenido que encerrarse para estar a salvo de los bombardeos”, dijo el pontífice.

“Comprometámonos todos a implorar la paz, desde nuestros balcones y en nuestras calles”, dijo Francisco. “Que los líderes de las naciones escuchen la súplica de la gente por la paz”.

En una clara referencia a la amenaza de una guerra nuclear, Francisco citó una destacada declaración de 1955: “’¿Acabaremos con la raza humana, o la humanidad renunciará a la guerra?’”.

Estaba citando un manifiesto escrito por el filósofo Bertrand Russell y el físico Albert Einstein. El texto del manifiesto, que suena como una sombría advertencia contra las consecuencias de la guerra nuclear, se publicó unos meses después de la muerte de Einstein.

Mientras tanto, en Gran Bretaña, el líder de la iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury Justin Welby, pidió a Rusia que declare un alto el fuego y se retire de Ucrania.

Al señalar que en la iglesia ortodoxa oriental seguida por muchos en Rusia y Ucrania, el domingo marca el comienzo de la Semana Santa, con la Pascua el 24 de abril, Welby exhortó a Rusia a retirarse de Ucrania y comprometerse con las conversaciones.

Francisco también llamó la atención sobre otras guerras en el discurso conocido por su nombre en latín “Urbi et Orbi”, a la ciudad y al mundo.

“Que el conflicto en Europa también nos haga preocuparnos más por otras situaciones de conflicto, sufrimiento y dolor, situaciones que afectan a demasiadas áreas de nuestro mundo, situaciones que no podemos pasar por alto y no queremos olvidar”, dijo Francisco.

Dos días después de que los palestinos y la policía israelí se enfrentaran en Jerusalén, Francisco rezó para que “israelíes, palestinos y todos los habitantes de la Ciudad Santa, junto con los peregrinos, experimenten la belleza de la paz, de vivir en hermandad y de acceder a los Lugares Santos” en respeto recíproco. .

Hizo un llamado a la paz y la reconciliación para los pueblos del Líbano, Siria, Irak y Libia.

Francisco habló lastimeramente de Yemen, “que sufre un conflicto olvidado por todos, con continuas víctimas”. Expresó su esperanza de que una tregua reciente devuelva la esperanza a la gente de ese país.

También rezó para que Dios conceda “la reconciliación para Myanmar, donde persiste un escenario dramático de odio y violencia”, y para Afganistán, que se encuentra en una crisis humanitaria, incluida la escasez de alimentos.

Francisco denunció la explotación del continente africano y los “ataques terroristas, particularmente en la región del Sahel”, así como la crisis humanitaria en Etiopía y la violencia en el Congo.

En América Latina, muchos han visto empeorar su situación durante la pandemia del coronavirus, agravando los problemas sociales derivados de la corrupción, la violencia y el narcotráfico, dijo el pontífice.

Pero Francisco encontró esperanza en las “puertas abiertas de todas esas familias y comunidades que dan la bienvenida a inmigrantes y refugiados en toda Europa”, refiriéndose a los cerca de 10 millones de personas que han huido de Ucrania o están desplazadas internamente por la guerra.

En la estación fronteriza polaca de Medyka, un paramédico de Varsovia ayudó a preparar un desayuno tradicional de Pascua con jamón, queso y pasteles de Pascua para algunos de los últimos refugiados de Ucrania, la mayoría de los cuales llegaron a la vecina Polonia.

“Perdieron sus hogares. Están buscando refugio en nuestro país”, dijo la voluntaria Agnieszka Kuszaj. Esperaba que la comida los ayudara a “olvidarse por un momento de todas las cosas terribles” que sucedieron.

Maria Dontsova, de 31 años, que es de Kharviv, la ciudad fuertemente bombardeada en el este de Ucrania, dijo: “Deseo paz a todas las familias que están sufriendo en Ucrania en esta gran fiesta de Pascua”. Hablando en inglés, expresó su esperanza de que la guerra termine “lo antes posible, y la gente deje de sufrir, y podamos evitar que la guerra se extienda a Europa”.

Más temprano, el pontífice, que tiene un problema en los ligamentos de la rodilla, cojeaba gravemente mientras se dirigía a un altar instalado frente a la Basílica de San Pedro. Después de la misa de la mañana de Pascua, Francisco abordó el papamóvil blanco para dar una vuelta por la plaza entre las filas de la multitud que lo vitoreaba.

En España, creyentes y entusiastas seculares acudieron en masa a las procesiones de Semana Santa esta semana por primera vez desde el comienzo de la pandemia después de que se levantaron la mayoría de las restricciones sanitarias.

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Contribuyeron Jill Lawless en Londres, Joseph Wilson en Barcelona y Srdjan Nedeljkovic en Medyka, Polonia.