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Los abogados de Suu Kyi no pueden reunirse con ella para planificar las apelaciones

BANGKOK (AP) – Los abogados de la depuesta líder de Myanmar, Aung San Suu Kyi, que cumple una condena de 33 años de prisión por lo que se consideran cargos inventados, no han podido reunirse con ella mientras preparan sus apelaciones, según informaron funcionarios jurídicos familiarizados con su situación.

En diciembre, un tribunal condenó a Suu Kyi, de 77 años, a siete años de prisión por cargos de corrupción en la última de una serie de causas penales abiertas contra ella, lo que le deja un total de 33 años por cumplir. Fue la última vez que sus abogados la vieron en persona.

El ejército tomó el poder y detuvo a Suu Kyi el 1 de febrero de 2021, el día en que su partido habría iniciado un segundo mandato de cinco años tras obtener una victoria aplastante en las elecciones generales de noviembre de 2020.

Sus partidarios y analistas independientes afirman que las acusaciones contra ella son un intento de legitimar la toma del poder por los militares e impedir que vuelva a la política.

La mayoría de los recursos que los abogados han presentado en su nombre ya han sido rechazados, pero algunos todavía se están tramitando, dijo a The Associated Press un funcionario jurídico que insistió en mantener el anonimato por temor a ser castigado por las autoridades. Sus abogados, que habían sido una fuente de información sobre el proceso, recibieron órdenes de amordazamiento a finales de 2021.

En la actualidad, los abogados están a la espera de una cita con el Tribunal Supremo para que éste vea su apelación a las condenas que le impusieron el pasado diciembre por cinco cargos de corrupción.

Los abogados solicitaron a las autoridades penitenciarias a mediados de enero permiso para reunirse con Suu Kyi para discutir los recursos, pero hasta el martes no habían recibido ninguna confirmación de que podían hacerlo, dijo el funcionario legal.

Según el manual de prisiones de la época colonial que aún se utiliza en el sistema penitenciario de Myanmar, todo preso recién condenado debe tener facilidades razonables para ver a sus familiares o amigos o comunicarse con ellos a fin de preparar una apelación o conseguir la libertad bajo fianza. Los presos pueden comunicarse con cualquier persona para tramitar la apelación de su condena, dice la ley.

Debido a que sus abogados no han podido reunirse con Suu Kyi, no pueden recibir sus instrucciones sobre la tramitación de sus recursos o incluso confirmar su estado de salud, dijo un segundo funcionario jurídico, que también pidió no ser identificado por temor a ser castigado por las autoridades,

Los abogados pueden enviar paquetes para Suu Kyi a través de las autoridades penitenciarias una vez a la semana.

Un portavoz del Departamento de Prisiones no respondió a las preguntas sobre las afirmaciones de los abogados. Según el manual de prisiones, los superintendentes de prisiones pueden denegar a los presos el permiso para celebrar reuniones si consideran que va en contra del interés público o si existe otra causa suficiente.

Suu Kyi fue condenada por una serie de cargos, entre ellos importación y posesión ilegal de walkie-talkies, violación de las restricciones impuestas por el coronavirus, violación de la ley de secretos oficiales del país, sedición y fraude electoral.

El gobierno instalado por los militares no ha permitido que ninguna parte externa se reúna con Suu Kyi desde que tomó el poder, a pesar de la presión internacional para que se celebren conversaciones con ella que podrían aliviar la crisis política del país.

Las fuerzas de seguridad de Myanmar han matado al menos a 3.073 civiles y detenido a 19.954, según una lista detallada elaborada por la Asociación de Asistencia a Presos Políticos, un grupo de vigilancia que realiza un seguimiento de los homicidios y las detenciones.