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Las legumbres están llenas de bondad: 5 cosas interesantes que debes saber sobre ellas

Cada año, el 10 de febrero, las Naciones Unidas conmemoran lo que probablemente a muchos les parezca una ocasión extraña: el Día Mundial de las Legumbres.

Pero, como investigador centrado en las leguminosas olvidadas e infrautilizadas, creo que la iniciativa es un paso importante hacia la seguridad alimentaria. Lograr que las personas coman más legumbres puede, en última instancia, ayudar a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 de la ONU: Hambre Cero.

Primero, para aclarar, “legumbres” y “legumbres” tienen significados diferentes. Las “legumbres” son todas las plantas que pertenecen a la familia Leguminosae o Fabaceae, mientras que las “legumbres” son las semillas secas de las plantas leguminosas. Las legumbres incluyen frijoles, lentejas y garbanzos.

Una de las razones por las que las leguminosas son tan prometedoras para acabar con el hambre es que no necesitan buena tierra ni fertilizantes nitrogenados. Las plantas necesitan nitrógeno para construir moléculas importantes como las proteínas y el ADN. La mayoría de las leguminosas pueden prosperar en suelos pobres mediante la fijación de gas nitrógeno del aire para su propio uso. Esto sucede a través de la interacción simbiótica con bacterias amigables conocidas como rizobios. Los rizobios se alojan dentro de estructuras llamadas nódulos en las raíces de la planta.

Gracias a su capacidad de fijación de nitrógeno, las legumbres son potencias nutricionales: ricas en proteínas y fibra y bajas en grasas.

Pero eso no es lo único interesante de las legumbres y legumbres. En honor al Día Mundial de las Legumbres de 2023, me gustaría destacar cinco legumbres que tienen propiedades e historias únicas.

1. El frijol ñame africano: frijoles ricos en proteínas y tubérculos subterráneos

El frijol ñame africano (Sphenostylis stenocarpa) ofrece dos porciones de alimento: frijoles y tubérculos subterráneos. Los tubérculos tienen un mayor contenido de proteínas que cualquier cultivo de tubérculos que no sean leguminosas como la papa y la mandioca, y los frijoles también tienen un alto contenido de proteínas. Su valor nutritivo quedó demostrado durante la Guerra Civil de Nigeria (1967-1970) cuando los frijoles se cocinaban con amaranto, telfaria u hojas de mandioca para alimentar a los desnutridos en las zonas afectadas por la guerra.

Este cultivo es originario de África y una vez se cultivó en todo el continente africano. Los investigadores han propuesto que puede haber sido domesticado varias veces en África occidental y central. Hoy en día, se cultiva principalmente como cultivo de seguridad o de subsistencia, en lugar de comercialmente. Pero su alto contenido de proteínas y su tolerancia a la sequía están atrayendo un interés creciente.

2. Frijol común: diversidad y versatilidad ambiental

El frijol común (Phaseolus vulgaris) viene en muchas variedades alrededor del mundo. Algunos ejemplos son los frijoles negros, los frijoles rojos y los frijoles pintos: se ven diferentes pero son de la misma especie. Lo especial de ellos es que pueden emparejarse con una mayor cantidad de especies de rizobios que otras leguminosas. Esto puede haber ayudado al frijol común a prosperar fuera de su tierra natal y diversificarse en varios hábitats alrededor del mundo. Es capaz de fijar nitrógeno en diferentes ambientes, lo que la convierte en una especie de leguminosa resistente.

3. Guisante: un papel en la comprensión temprana de la genética

El guisante (Pisum sativum) se encuentra entre los cultivos domesticados más antiguos del mundo. Contribuyó a la comprensión de la genética, gracias al famoso experimento de Gregor Mendel con plantas de guisantes. Mendel observó la forma en que se heredaban las diferentes propiedades físicas de las plantas de guisantes: forma de la vaina, forma de la semilla, color de la semilla, color de la vaina inmadura, color de la flor, longitud del tallo y ubicación de la flor. Cruzó dos plantas de guisantes que tenían diferentes propiedades y observó los siete rasgos en las generaciones posteriores durante dos años. A partir de este experimento, estableció las Reglas de herencia de Mendel, que aún se aplican en el estudio genético moderno.

La rica diversidad genética del guisante también es un recurso valioso para las características importantes de los cultivos que pueden soportar diversas condiciones climáticas debido al cambio climático.

4. Garbanzo: construido para la sequía

Muchas legumbres son tolerantes a la sequía y usan menos agua para la producción que las proteínas de origen animal, especialmente la carne de res. Se sabe que el garbanzo (Cicer arietinum) es altamente tolerante a la sequía. La mayor parte de este cultivo se produce en condiciones de secano en zonas áridas y semiáridas. Esta habilidad especial de crecer donde el agua es escasa es más prominente en las especies silvestres de garbanzos. Los garbanzos silvestres también pueden tolerar temperaturas de hasta 40 °C, otro recurso genético valioso para una mejor tolerancia a la sequía en los garbanzos modernos.

Aún así, el rendimiento del garbanzo se ve muy comprometido cuando falta agua. Por lo tanto, los científicos están buscando rasgos beneficiosos que puedan reducir la pérdida de rendimiento de los garbanzos durante la sequía. Esto puede contribuir a una fuente de alimentos más segura en medio del cambio climático.

5. Altramuces: racimos de raíces especiales para buscar nutrientes

Los altramuces blancos (Lupinus albus), los altramuces amarillos (Lupinus luteus) y los altramuces perlados (Lupinus mutabilis) pueden formar raíces especiales para obtener más nutrientes sin necesidad de fertilizantes adicionales. Las plantas no solo necesitan nitrógeno sino también fósforo. Por lo general, se le da a las plantas en forma de fertilizante para aumentar el rendimiento de los cultivos. El fertilizante de fosfato está hecho de roca de fosfato, un recurso no renovable que se está agotando rápidamente debido al uso agrícola. Los altramuces blancos, amarillos y perla tienen modificaciones de raíz únicas llamadas raíces en racimo que pueden liberar fósforo de las partículas del suelo cuando el nutriente es bajo. Estas raíces parecen cepillos de botella y se forman solo cuando el nivel de fósforo en el suelo es bajo. Estas raíces en racimo exudan un compuesto cargado negativamente llamado carboxilato que puede liberar fósforo del suelo y ponerlo a disposición de la planta para su uso. Por lo tanto, los altramuces no tienen que depender de los fertilizantes de fosfato e incluso pueden ayudar a las plantas vecinas al aumentar el nivel de fósforo en el suelo.

Seguridad alimentaria

Las legumbres merecen nuestra atención no solo el 10 de febrero sino todos los días. Las cinco legumbres que he presentado aquí pueden servir como fuentes sostenibles de proteínas y hacer que los sistemas alimentarios sean más diversos. Pueden contribuir en gran medida a mejorar la seguridad alimentaria en el futuro.

Nadia Radzman, Investigadora Asociada en Biología Vegetal, Universidad de Cambridge

Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.