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El aspartamo podría estar clasificado como un posible carcinógeno por la OMS, pero no hay motivo para entrar en pánico

Según los informes, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está lista para declarar el edulcorante artificial aspartame como “posiblemente cancerígeno para los humanos”.

El aspartamo es unas 200 veces más dulce que el azúcar y es uno de los edulcorantes artificiales más utilizados. Se utiliza especialmente en alimentos y bebidas “bajos en calorías” o “dietéticos”, pero se encuentra en una amplia variedad de productos, como bebidas, helados, chicles, confitería, salsas y aperitivos.

Todavía no tenemos más información sobre en qué evidencia basará la IARC esta nueva clasificación, pero la OMS publicará los datos completos el 14 de julio.

Si bien informes como estos pueden ser comprensiblemente preocupantes, no hay razón para entrar en pánico en esta etapa.

El aspartamo fue aprobado por primera vez para su uso por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) en 1974 y desde entonces se han hecho afirmaciones sobre sus posibles efectos en la salud.

Con el tiempo, el aspartamo no solo se ha relacionado con el cáncer, sino también con otras afecciones, como la esclerosis múltiple, la ceguera, las convulsiones, la pérdida de memoria, la depresión, la ansiedad, los defectos de nacimiento y la muerte.

Sin embargo, las frecuentes evaluaciones realizadas por agencias reguladoras como la OMS, la FDA y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no han encontrado evidencia que respalde estas afirmaciones.

Hasta ahora, todos los reguladores han acordado que es seguro que una persona consuma 40 mg de aspartamo por kilogramo de peso corporal por día. Eso es alrededor de 2,8 g para un adulto de 70 kg, y es mucho más de lo que consume la mayoría de la gente.

¿Qué significa realmente ‘posiblemente cancerígeno’?

La seguridad de los aditivos alimentarios se reevalúa periódicamente. Esto es importante ya que puede surgir nueva evidencia, especialmente con el desarrollo de diferentes métodos para evaluar los efectos de los aditivos en la salud.

Este año, el aspartamo ha sido reevaluado por dos agencias de la OMS: la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y el Comité Conjunto FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA).

Las dos agencias tienen competencias muy diferentes. El IARC analiza el peligro y el JECFA el riesgo. Esta distinción es importante. Por ejemplo, la luz del sol es un peligro, ya que puede causar cáncer de piel, pero el riesgo depende del tiempo que se pasa al sol y de si se usa protector solar.

El trabajo de la IARC es investigar las posibles causas del cáncer e identificar los peligros. En sus informes (llamados monografías), revisa toda la evidencia disponible y clasifica los peligros en una de cuatro categorías:

  • Grupo 1: cancerígenos para los humanos (evidencia suficiente de cáncer en humanos)
  • Grupo 2a: probablemente cancerígeno para humanos (evidencia limitada en humanos, evidencia suficiente en animales)
  • Grupo 2b: posiblemente cancerígeno para los humanos (evidencia limitada en humanos, evidencia insuficiente en animales)
  • Grupo 3: no clasificable (evidencia inadecuada en humanos o animales).

Según se informa, el aspartamo se clasificará en el grupo 2b. Comparte esta categoría con las hojas de aloe vera, la radiación electromagnética, el medicamento para el corazón digoxina y los gases de escape del motor, entre muchas otras cosas. Para todos estos peligros, hay algunos datos limitados que sugieren que podrían causar cáncer, pero nada convincente.

Estas categorías pueden ser confusas, porque se refieren solo a la fuerza de la evidencia de que algo puede causar cáncer, no al grado de riesgo. El grupo 1, por ejemplo, incluye fumar, alcohol, carne procesada, plutonio y luz solar. Hay evidencia convincente de que cada uno puede causar cáncer.

Pero los riesgos reales son muy diferentes y dependen de la cantidad y la exposición. Por ejemplo, es mejor evitar el plutonio y fumar, pero no hay razón para evitar por completo la carne procesada o el alcohol.

Si bien la IARC evalúa el peligro, es trabajo del JECFA evaluar el riesgo y hacer una recomendación sobre la ingesta diaria aceptable.

La evidencia hasta ahora

La última revisión de la seguridad del aspartamo fue realizada por la EFSA en 2013. Esta revisión no encontró ninguna evidencia nueva de que el aspartamo provoque cáncer y confirmó revisiones anteriores de otros reguladores.

Un compuesto que fue de particular interés fue el metanol, que se forma en el intestino cuando el cuerpo humano descompone el aspartamo y lo convierte en formaldehído. El formaldehído es un carcinógeno conocido (grupo 1). Sin embargo, la cantidad que se puede formar tras el consumo de aspartamo es muy inferior a la que el organismo produce de forma natural.

Mientras tanto, ha habido algunos datos de un estudio francés, que pidió a los participantes que proporcionaran información sobre su dieta y los siguió durante varios años después. Esta investigación sugirió que el alto consumo de aspartamo aumenta el riesgo de cáncer.

Sin embargo, los resultados son difíciles de interpretar ya que la obesidad es un factor de riesgo independiente para el cáncer y las personas obesas a menudo usan edulcorantes. También es difícil estimar con precisión la ingesta de aspartamo solo a partir de los datos de la dieta.

Es probable que las próximas evaluaciones incluyan estos datos y, por lo tanto, proporcionen una mejor estimación del riesgo del aspartame. Hasta entonces, no hay razón para preocuparse. El aspartamo se ha analizado durante mucho tiempo y la clasificación de “posiblemente cancerígeno” sugiere que es poco probable que haya algún cambio importante en la evaluación o las implicaciones para los consumidores.

Gunter Kuhnle, profesor de nutrición y ciencia de los alimentos, universidad de lectura

Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.