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Cinco consejos sobre cómo mantener las comidas familiares deliciosas, nutritivas y sin estrés

Comer juntos regularmente en familia se ha promovido durante mucho tiempo como una solución simple para mejorar la salud y el bienestar.

Nos han dicho que para lograr estos beneficios propuestos debemos seguir una fórmula idealista y milenaria todos los miembros de la familia en la mesa, compartiendo alegremente una comida casera y charlando sin distracciones. Pero la realidad moderna incluye familias con poco tiempo, comedores quisquillosos, hermanos en desacuerdo y estrés sobre qué comidas cocinar, sin mencionar las presiones del costo de vida. Esta combinación puede hacer que lograr comidas familiares sea difícil, si no imposible, para muchas familias.

Las investigaciones nos dicen que las familias que comen juntas con frecuencia tienen más probabilidades de tener mejores dietas, un mejor funcionamiento familiar y niños con mayor autoestima. Pero estos estudios no pueden decirnos si la reunión familiar para comer está causando estos resultados. Podría ser igual de probable que las familias que comen bien tengan más probabilidades de comer juntas.

Pero, ¿cómo podemos hacer que las comidas familiares sean más realistas y menos estresantes?

No estamos seguros de cuál es el enlace.

Nuestra revisión sistemática anterior intentó desglosar esta relación. Pero no pudimos proporcionar respuestas concluyentes, en gran parte debido a las limitaciones de los diseños de los estudios. Los investigadores no observaron factores como la actividad física, el tiempo de pantalla y el sueño por separado. Y midieron el “éxito” de manera diferente entre los estudios, lo que los hace difíciles de comparar.

Entonces, no sabemos con certeza que la comida familiar sea beneficiosa para la salud, solo que existe un vínculo estadístico entre las familias que comen juntas y la salud familiar.

Y no sabemos qué aspecto de la comida familiar puede ser el responsable. La respuesta podría estar relacionada con la calidad de la comida, el uso de la pantalla, el ambiente a la hora de comer o las conversaciones familiares.

Un reto nocturno

En Australia, las comidas familiares suelen tener lugar por la noche porque es uno de los pocos momentos del día en que las familias están en casa al mismo tiempo. Alrededor de las tres cuartas partes de los niños pequeños participan en cenas familiares con su cuidador más de cinco noches por semana.

Aunque muchos padres consideran que las comidas en familia son importantes, también pueden ser estresantes.

Las comidas familiares son más que lo que sucede en la mesa. Requieren intención, esfuerzo y planificación. Este trabajo de parto puede convertirse en un ciclo implacable y, por lo general, son las madres las que asumen la carga. A muchos les resulta difícil ir.

Gestión de las comidas

El trabajo continúa una vez que la familia está sentada junta.

Tener comidas agradables y conversaciones significativas puede no suceder de forma natural. Nuevamente, a menudo son las madres las que manejan las relaciones y las emociones alrededor de la mesa.

Y las comidas pueden volverse más complicadas cuando hay varios niños en la mezcla. Algunos padres permiten la televisión u otras pantallas para animar a los niños a comer y evitar discusiones. Esta estrategia se ha relacionado con ingestas dietéticas menos que óptimas, pero puede hacer que las comidas sean posibles y más manejables.

5 consejos para aliviar la presión

Entonces, ¿cómo podemos repensar cómo es una comida familiar exitosa y significativa? Aquí hay cinco ideas para empezar:

Las oportunidades de comer juntos surgen en diferentes momentos del día y no todos los miembros de la familia tienen que estar presentes. Una ocasión significativa para comer puede ser tan simple como compartir un refrigerio con los niños después de la escuela.

No hay vergüenza en recalentar una comida congelada, mezclar pasta y salsa, servir las verduras crudas, comer en una alfombra de picnic en la sala de estar o, de vez en cuando, ver un programa de televisión familiar.

Las comidas son un buen momento para comunicarse, pero esto no siempre es fácil después de días ocupados en el trabajo y la escuela. Juegos de palabras simples, escuchar música y momentos de tranquilidad pueden ser igual de agradables.

Sea creativo en la forma en que comparte las tareas de comidas familiares con niños y socios. Podrían diseñar juntos el menú familiar, tener una lista de compras a la que todos puedan contribuir o dividir el lavado.

No hay un número de comidas adecuado para cada familia. Se trata de optar por cómo y cuándo se puede.

Repensando las comidas familiares

Cuando se trata de comidas familiares, no existe una solución única para todos. Necesitamos una mejor promoción de comidas familiares realistas y factibles, para reducir la presión que se ejerce sobre las familias que ya están sobrecargadas.

También debemos considerar si se requieren cambios sistémicos para ayudar a los padres a tener el tiempo y la energía para reunir a sus familias para una comida compartida significativa. Esto podría incluir apoyar a los trabajadores para que terminen temprano para la preparación de la comida o proporcionar alimentos preparados más asequibles y saludables. También podríamos buscar inspiración en otras culturas.

Se necesita más evidencia para comprender qué componentes de la comida familiar son más beneficiosos, para que podamos priorizarlos. Los métodos de investigación innovadores, como las observaciones a la hora de comer en hogares con una variedad de culturas y composiciones, podrían explorar cómo se desarrollan las ocasiones para comer en tiempo real.

Las comidas familiares pueden ser una experiencia positiva, con el potencial de buenos resultados para la salud. Pero podrían ser aún mejores si reducimos toda la presión y expectativas que los rodean.

Georgia Middleton, profesora asociada, Universidad de Flinders; Eloise Litterbach, Investigadora Postdoctoral, Universidad de Deakin; Fairley Le Moal, Investigadora Postdoctoral en Sociología, Universidad de Flindersy Susannah Ayre, candidata a doctorado, Universidad Tecnológica de Queensland

Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.