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Reseña: Dick Ebersol recuerda en sus memorias su descomunal papel en la televisión

Esta imagen de portada publicada por Simon & Schuster muestra “From Saturday Night to Sunday Night: My Forty Years of Laughter, Tears, and Touchdowns in TV” de Dick Ebersol. (Simon & Schuster vía AP)

Esta imagen de portada publicada por Simon & Schuster muestra “From Saturday Night to Sunday Night: My Forty Years of Laughter, Tears, and Touchdowns in TV” de Dick Ebersol. (Simon & Schuster vía AP)

“De la noche del sábado a la noche del domingo: Mis cuarenta años de risas, lágrimas y anotaciones en la televisión”, de Dick Ebersol (Simon & Schuster)

Cualquiera que haya seguido la industria de la televisión desde que las emisiones se hicieron en color conocerá el nombre de Dick Ebersol. Y aunque esos iniciados y fanáticos son el público más probable de estas memorias, es una lectura divertida para cualquiera que sienta curiosidad por las historias que hay detrás de algunos de los programas más importantes de la televisión del último medio siglo. Resulta que Duncan Dickie Ebersol, nacido en 1947 en Torrington, Connecticut, tuvo que ver con muchos de ellos.

La carrera de Ebersol comenzó como el primer investigador de los Juegos Olímpicos para ABC Sports, viajando por todo el mundo para recoger historias sobre los atletas que competirían en los Juegos de Invierno de 1968 en Grenoble, Francia. No había cumplido los 20 años cuando el legendario productor Roone Arledge le contrató. Ahora parece bastante pintoresco, pero hubo una época en la que los aficionados que veían los Juegos Olímpicos no podían buscar en Google el nombre de un atleta y leer su biografía en segundos. El trabajo de Ebersol consistía en encontrar esas historias y asegurarse de que los equipos de producción y de talento de la ABC las presentaran para atraer y retener a los espectadores. Es una plantilla que Ebersol trasladó de ABC a NBC Sports cuando se hizo cargo de los Juegos Olímpicos en 1989, ayudando a convertir a la NBC en la “Red de los Juegos Olímpicos”, un lucrativo contrato que todavía mantiene.

Antes de convertirse en el hombre de NBC Sports, Ebersol desempeñó un papel clave en el lanzamiento de otra institución televisiva icónica, “Saturday Night Live”. El productor Lorne Michaels es ahora más sinónimo del innovador programa de comedia de sketches, pero fue Ebersol quien lo contrató y se aseguró de que los ejecutivos y patrocinadores de la NBC le dieran el espacio que necesitaba para hacer historia en la televisión. Los fans de “SNL” disfrutarán con algunas anécdotas entre bastidores, como la solución de Ebersol para mantener a los ejecutivos de la NBC alejados de talentos meteóricos (y a menudo ebrios) como Jim Belushi: se aseguró de que las oficinas de “SNL” (incluido el ahora famoso Estudio 8H) estuvieran situadas en las plantas octava y novena, a las que se accedía a través de un banco de ascensores diferente al de las oficinas ejecutivas de la sexta planta del 30 Rockefeller Plaza.

No hay mucho en estas páginas que no se haya informado ya, pero Ebersol trata a los lectores con honestidad. Es evidente su antipatía por Fred Silverman, que dirigió la NBC de 1978 a 1981 y que, en opinión de Ebersol, a menudo impulsó la emisión de programas que aún no estaban preparados para el horario de máxima audiencia. Incluso recuerda el experimento fallido de la XFL con orgullo, recordando cómo el director general de GE, Jeffrey Immelt, lo citó como ejemplo de la importancia de asumir riesgos, incluso cuando no dan resultado.

Ebersol concluye sus memorias relatando su tragedia personal, la muerte de su hijo Teddy a la edad de 14 años en 2004. Teddy y su hermano, Charlie, estaban con su padre en un avión que se estrelló poco después de despegar en un día de nieve en Colorado. Era un avión privado, costeado por el poderoso trabajo de Ebersol, y desde entonces vive cada día con una tristeza que la mayoría de nosotros, por suerte, nunca conoceremos. “Aprendí a estar aún más agradecido por todas las cosas maravillosas que nuestra familia tenía en nuestra vida, y a estar agradecido por los 14 años que habíamos tenido con Teddy, aunque queríamos, y él se merecía, mucho más”, escribe.

Hay mucho más en estas páginas que merece la pena revivir: desde los años de Michael Jordan, que abarcaron el contrato de la NBC con la NBA, hasta el papel personal que desempeñó Ebersol para asegurarse de que la medalla de oro de Michael Phelps en los Juegos Olímpicos de Pekín se retransmitiera en directo en Estados Unidos en 2008, pasando por el histórico acuerdo con la NFL, que dio lugar a que el mejor partido de la semana se retransmitiera la mayoría de las veces en Sunday Night Football. Ebersol fue la mano invisible detrás de todos ellos y ofrece a los lectores una visión adicional de cómo se produjeron los momentos que les hicieron reír, llorar y animar ante sus televisores.