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No tengo una vaca, pero hay una gran escasez de mantequilla

Al entrar en la temporada alta de repostería, un ingrediente esencial puede ser más difícil de conseguir -y más caro- que en años anteriores: la mantequilla.

Según un informe reciente de The Wall Street Journal, la cantidad de mantequilla almacenada en frío alcanzó recientemente su nivel más bajo desde 2017, gracias a una combinación de escasez de trabajadores y una menor producción de lácteos en las granjas de Estados Unidos. Como resultado, el precio de la mantequilla se ha disparado, subiendo un 24,6% en los últimos 12 meses. Dado que la demanda de mantequilla aumenta durante la temporada de repostería navideña, esta escasez de suministros (y los costes que la acompañan) no va a ir a ninguna parte.

Un reciente informe de Market News del USDA sugiere tendencias similares. “En el noreste y el oeste, la demanda de nata es fuerte y la disponibilidad al contado es limitada. Los fabricantes de mantequilla de estas regiones dicen que esto está contribuyendo a reducir la producción de mantequilla”, decía el informe.

Mientras tanto, los compradores que llevan la mantequilla al mercado “están preocupados por que los precios récord de la mantequilla hagan que la demanda minorista se suavice.”

Con tantas tartas, galletas y pasteles para hornear esta temporada, ¿cómo deberían los cocineros caseros prepararse para estas carencias relacionadas con la mantequilla? Empiece por aumentar la vida útil de la mantequilla guardándola en el congelador: La mantequilla congelada se mantendrá en buen estado durante al menos varios meses, si no un año entero.

Como alternativa, siempre puedes recurrir a recetas que, en lugar de mantequilla, se basen en otro tipo de grasa: el aceite de coco, el aceite de oliva y los aceites vegetales de sabor neutro son buenos candidatos. Desde las versiones sin mantequilla del pan de calabaza hasta las galletas de jengibre, te prometemos que no tardarás en encontrar un nuevo favorito navideño.