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Mujer asesinada en la selva mientras las vacaciones tropicales se van al garete

Debería haber sido la escapada perfecta tras dos años de pandemia, pero el retiro de Katherine Miskena en una tranquila finca llamada El Suspiro terminó en desastre.

La mujer rusa, de 33 años, se alojaba en la propiedad alquilada en la provincia de Santander, al norte de Colombia, con su novio y un misterioso turista alemán.

En la noche del 18 de diciembre, la policía encontró su cuerpo parcialmente sumergido en la orilla de un río cerca de la remota aldea de Guaré, que está cerca de la finca.

Los agentes habían sido alertados por Miguel Ángel Pérez, el novio de Miskena. El ciudadano colombiano fue ingresado en un hospital de la localidad de Mogotes -a unos 90 minutos de Guaré- el sábado con heridas en la cara y el cráneo causadas por un traumatismo por arma blanca, según un informe policial filtrado de forma anónima a The Daily Beast.

Los informes de la prensa local indican que Pérez, de 30 años, dijo a la policía que él y Miskena habían sido atacados por un hombre alemán, Patrick Khenglawt, que se alojaba en la granja con ellos. Pérez dijo que la agresión había ocurrido alrededor de las 19:30 horas de esa misma noche. Tras prestar declaración, Pérez fue trasladado inmediatamente al Hospital Manuela Beltrán del Socorro, de mayores dimensiones, donde permanece ingresado debido a la gravedad de sus heridas.

Cuando la policía buscó en los bosques de las afueras de Guaré, encontró a Khenglawt no muy lejos del cuerpo de Miskena y lo detuvo. Khenglawt fue entonces interrogado y recibió atención médica por los “arañazos” que tenía en la cara, laceraciones aparentemente infligidas por la víctima mientras luchaba por su vida.

El coronel Wilson Parada, comandante de la policía de la región de Santander, dijo que la causa de la muerte de Meskina parecía ser el estrangulamiento, informó el medio de comunicación colombiano Caracol, pero aún está pendiente una autopsia formal.

Una de las hipótesis de trabajo es que “el incidente se desencadenó por el consumo de licor casero y narcóticos” por parte de los habitantes de la finca. En estado de embriaguez, Khenglawt pudo haber hecho una “insinuación hacia la mujer” que le llevó a “llegar a las manos con el [other] residentes” y así “desencadenar la situación actual”, según el informe filtrado.

El informe policial también indica que la finca estaba en una zona “sin móviles [phone] señal”, lo que podría explicar por qué las víctimas no pidieron ayuda y las autoridades no fueron alertadas hasta que Pérez se presentó en el hospital de Mogotes.

A pesar del testimonio ocular de Pérez, Parada dijo que no tenía prisa por presentar cargos formales contra Khenglawt, diciendo que “el departamento de policía de Santander [is] realiza las actividades de investigación y judiciales pertinentes, para esclarecer y localizar al responsable de esta acción…”

Aunque no llegó a calificar públicamente a Khenglawt de asesino, el alcalde de Mogotes, Higinio Rueda Triana, sí afirmó públicamente que ninguno de sus electores era responsable de la muerte de Miskena.

“Quiero decirles que no hay ningún mogotano involucrado”, dijo Triana, citado por el medio colombiano Vanguardia. “Eso es lo que queremos decirle a la comunidad y aclarar los hechos”.

Triana también dijo que los vecinos de la zona habían informado de anteriores disturbios domésticos en la finca, donde Miskena y Pérez habían estado viviendo durante varios meses antes de la llegada de Khenglawt.

“La comunidad ha manifestado que estos extranjeros que vivían en la finca habían tenido varias dificultades de convivencia”, dijo Triana, e indicó que antes de la tragedia del pasado sábado se habían presentado denuncias previas ante la policía.

“Lamentamos estos hechos que ocurren en nuestro municipio y realmente hacemos un llamado a todos los extranjeros para que se comporten en nuestro territorio”, dijo Triana.

La embajada rusa no respondió a las preguntas a tiempo para su publicación.

Un incidente similar al caso de Miskena ocurrió el pasado mes de septiembre en la vecina provincia de Antioquia, cuando una turista checa de 25 años, Anna Tenterova, fue encontrada asesinada cerca de una casa de campo alquilada que compartía con un hombre británico.

Al menos 18 turistas han sido asesinados en el distrito antioqueño de Medellín en lo que va de año, lo que lo convierte en una de las zonas más peligrosas del país para los visitantes extranjeros.