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Los supervivientes de la masacre siria ruegan al mundo que no olvide los crímenes de guerra de Assad

Un nuevo informe sobre los presuntos crímenes de guerra cometidos por el régimen sirio en agosto de 2012 parece el guión de una película de terror.

Sólo en una ciudad, 700 personas fueron brutalmente asesinadas, y también se dice que se cometieron encarcelamientos, desapariciones forzadas, torturas, saqueos y ataques intencionados contra civiles, personas protegidas y objetos.

El informe del grupo de defensa Syrian British Consortium, que espera que las Naciones Unidas utilicen sus conclusiones, fue elaborado por investigadores sirios que entrevistaron incansablemente a los supervivientes del ataque de las fuerzas de Bashar al Assad contra la ciudad de Daraya, cerca de Damasco. En el ataque, que tuvo lugar entre el 24 y el 26 de agosto de 2012, los militantes se dedicaron a perseguir a los civiles puerta por puerta, matando indiscriminadamente y dejando una estela de carnicería.

Un testigo dijo a los investigadores: “Todo el mundo gritaba, diciendo: ‘Salvad a esta persona o morirá’. Entrar en el hospital significaba que ibas a ver gente morir”.

“Todavía recuerdo los gritos de la gente; todo el mundo gritaba el nombre de su ser querido… Recuerdo que me preguntaba si algunas personas estaban muertas o vivas porque habían dejado de gritar”, dijo el testigo.

Otro testigo de un hospital recordó el vivo color de la muerte. “El suelo del hospital, que había sido blanco, se volvió completamente rojo por la sangre”, dijo el testigo a los investigadores. “Intentamos fregarlo un poco para quitar el color rojo. Pasaba por delante de los cadáveres que cubrían el suelo del hospital para ver si había alguien vivo o si había alguien de mi familia.”

El grupo también entrevistó a varios sepultureros encargados de enterrar a los muertos. “Los enterraron con la ropa con la que fueron asesinados y fueron [just] envueltos en mantas”, dijo una persona. “Muchos tenían balas en el ojo, la oreja o la cabeza. Algunos fueron asesinados, incluso a machetazos. La mayoría murieron por disparos, unos pocos fueron quemados”.

Muchos de los supervivientes dijeron que cooperaron con los investigadores que redactaron el informe para asegurarse de que la matanza no se olvidara. “Es muy importante que nuestros hijos conozcan nuestra historia”, dijo una superviviente. “Tal vez las generaciones futuras puedan aprender de lo que nos pasó. Hay más de los que amamos tirados en la tierra que viviendo sobre ella”.

Aunque el ataque ocurrió hace una década, y varias otras batallas, incluyendo la reconquista de Afganistán por parte de los talibanes y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el informe se considera en general como una documentación crucial de una atrocidad cometida bajo el mandato de Assad, que sigue disfrutando del poder.

Los intentos de llevar a su régimen ante un tribunal de la ONU son constantemente vetados por Rusia y China por razones obvias. “No hay duda de que el asalto a Daraya de agosto de 2012 sigue siendo un acontecimiento doloroso en la memoria colectiva de las víctimas y los testigos”, afirma el informe. “Este informe documenta estas experiencias colectivas para que se conserven como un registro histórico, con la esperanza de que algún día se haga justicia”.