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Las acusaciones de espionaje se plantean en la investigación de Uruguay sobre un ex guardia presidencial

MONTEVIDEO, Uruguay (AP) – A dos meses de iniciada una investigación por supuesta falsificación de pasaportes que involucra al ex jefe de seguridad del presidente de Uruguay, se amplían los cuestionamientos tras la información de un diario de que los fiscales también hallaron pruebas de espionaje político y chantaje a políticos opositores.

El secretario de la Presidencia de Uruguay, Álvaro Delgado, y el subsecretario, Rodrigo Ferrés, declararon el martes ante los fiscales en la investigación por falsificación de Alejandro Astesiano, que dirigió la seguridad del presidente Luis Lacalle Pou.

Esa sesión se produjo después de 10 días de artículos en La Diaria en los que se esbozaban detalles sobre el supuesto espionaje que, según el periódico, están contenidos en un teléfono móvil y otros dispositivos digitales obtenidos por los fiscales en la investigación por falsificación.

La Diaria afirma que la información sobre el espionaje político apareció en un análisis de los dispositivos de Astesiano realizado por la oficina de la fiscal Gabriela Fossati en el marco de la investigación sobre los pasaportes. Dijo que la Fiscalía no ha abierto una investigación separada sobre ese asunto.

El diario dice que el espionaje político supuestamente incluía interceptaciones de llamadas telefónicas a particulares utilizando software espía del Ministerio del Interior y la venta de esa información por parte de Astesiano. El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, negó lo sucedido durante una comparecencia ante la Comisión de Seguridad del Senado la semana pasada.

En un informe, La Diaria dijo que Astesiano presuntamente vendió servicios de inteligencia del Estado a un empresario argentino de la soja, que accedió a datos relacionados con un cargamento de trigo y maíz.

Tanto Astesiano como la empresa que fabricó el software espía Guardian del Departamento del Interior han negado que él tuviera acceso a dicho software. Astesiano ha dicho que mintió a sus clientes sobre el uso del software espía.

La empresa Vertical Skies es una consultora de seguridad dirigida por varios ex militares uruguayos con sede en Miami, Buenos Aires y Montevideo.

La Diaria dice que la empresa pidió a Astesiano información personal sobre el senador Mario Bergara y el senador Charles Carrera, ambos opositores al gobierno.

Según el diario, el objetivo era presionar a los senadores para que retiraran una denuncia penal que presentaron contra un decreto que otorga el monopolio de las operaciones en el puerto de Montevideo a la operadora Katoen Natie hasta 2081.

“La información que necesito es todo personal. Quieren atarlos para que retiren la denuncia”, le escribió Marcelo Acuña, gerente de la empresa y ex militar, a Astesiano en un chat por celular en marzo, según La Diaria. “Necesito todos los datos personales y vínculos”.

El diario asegura que en agosto, Astesiano recibió una transferencia de dinero -cuyo importe no ha trascendido en los mensajes- a través de Western Union desde Boca Ratón (Florida), donde tiene su sede Vertical Skies.

La Diaria dice que Acuña también le pidió a Astesiano que concertara una reunión con el presidente y que le proporcionara información sobre la licitación para la compra de patrulleras oceánicas a la Armada uruguaya y sobre el interés de la Fuerza Aérea en comprar aviones.

Los dos senadores supuestamente espiados también declararon el martes ante los fiscales.

Pidieron al Ministerio del Interior que rinda cuentas. Carrera dijo que la supuesta operación tenía “carácter mafioso”.

“Si nosotros, que tenemos un estatus especial, fuimos sometidos, todos los uruguayos tenemos que preocuparnos”, dijo Carrera.

Delgado, secretario de la Presidencia, declinó responder preguntas de los periodistas tras comparecer ante los fiscales, pero dijo que sería “muy grave” si la investigación confirma lo publicado por La Diaria.

Astesiano está en prisión a la espera de juicio por su presunta participación en una asociación ilícita que facilitaba partidas de nacimiento falsas a rusos para que pudieran obtener pasaportes uruguayos.