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La madre que cocinó una comida supuestamente mortal a base de setas admite que mintió a la policía

La mujer australiana que cocinó una comida a base de setas sospechosa de haber causado la muerte de tres de sus familiares hizo el viernes una declaración escrita a la policía en la que insiste en que las muertes fueron un trágico accidente.

Erin Patterson, que no ha sido acusada en relación con el caso que ha conmocionado a Australia, dijo que ella también fue hospitalizada después de comer la carne wellington. Las autoridades dicen que los suegros de Patterson, Don y Gail Patterson, de 70 años, así como la hermana de Gail, Heather Wilkinson, de 66 años, mostraron síntomas asociados con la ingestión de hongos death cap antes de morir tras el almuerzo en casa de Patterson, en la localidad de Leongatha, a unas 70 millas al sureste de Melbourne, el 29 de julio.

El marido de Heather Wilkinson, Ian Wilkinson, de 68 años, también quedó en estado crítico tras consumir las setas. Permanece hospitalizado a la espera de un trasplante de hígado. La policía dijo la semana pasada que Patterson está siendo tratado como sospechoso en su investigación sobre las muertes, pero que los detectives están manteniendo una mente abierta. Aún no se ha descartado definitivamente que las setas fueran la causa de las muertes.

“Ahora quiero aclarar las cosas porque estoy muy estresada y abrumada por la muerte de mis seres queridos”, dijo Patterson, de 48 años, en su declaración escrita a la Policía de Victoria, según informa la Australian Broadcasting Corporation (ABC).Los restos de la comida se entregaron a los toxicólogos del hospital para su análisis.

Patterson afirma que los champiñones del plato eran una mezcla de champiñones de botón comprados en una conocida cadena de supermercados y champiñones secos que ella había comprado meses antes de la comida en una tienda asiática de Melbourne. Aunque no pudo identificar la tienda concreta en este último caso, las autoridades sanitarias le enviaron imágenes de paquetes de setas con etiquetas escritas a mano que se parecían a los paquetes que ella les había descrito.

Patterson también se refirió a los informes de que la policía se había incautado de un deshidratador de alimentos en un vertedero, confirmando que le pertenecía. Admitió que mintió a la policía diciendo que se había deshecho del aparato “hace mucho tiempo”, y que estaba hablando del deshidratador con sus hijos en el hospital cuando su ex marido -cuyos padres murieron después de comerse el wellington- le preguntó: “¿Es eso lo que usaste para envenenarlos?”. Patterson explicó que temía perder la custodia de sus hijos y, presa del pánico, decidió deshacerse del aparato.

Añadió que había estado muy unida a sus suegros incluso después de distanciarse de su marido, Simon Patterson, que también debía asistir a la comida pero la canceló “antes del día”.

“Sentía un profundo amor y respeto por los padres de Simon y había animado a mis hijos a pasar tiempo con sus abuelos, ya que creía que eran modelos excepcionales”, escribió.

La policía dice que