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El “banquero del año” Pierin Vincenz dice que los más de 200 mil dólares gastados en un club de striptease fueron una “actividad comercial” legítima

Un financiero suizo que en su día fue apodado “banquero del año” tenía, al parecer, una definición poco precisa de lo que constituía un gasto empresarial legítimo.

Pierin Vincenz, de 65 años, que fue juzgado por cargos de corrupción y comercio ilegal junto con otras seis personas el martes en Zúrich, afirma que los clubes de striptease y los 4.500 dólares de gastos de reparación de una habitación de hotel de lujo -que dañó durante una pelea de naturaleza desconocida con una stripper- formaban parte de la rutina diaria, por así decirlo.

Vincenz, que trabajaba para la entidad crediticia de élite Raiffeisen Switzerland, está acusado de embolsarse millones de dólares mediante operaciones ilegales y fraudulentas. El ex banquero también afirma que 217.675 dólares de gastos corporativos pagados a clubes de striptease estaban legítimamente relacionados con el negocio y que una cena de 760 dólares que invitó a una mujer que conoció en Tinder era en realidad una entrevista de trabajo. Otra partida de gastos, que figura en 30.000 dólares, se destinó en cambio a pagar un jet privado y clases de cocina en Mallorca, informan los medios locales.

El excitante juicio ha acaparado tanta atención en Suiza que el tribunal decidió celebrar las audiencias en el teatro Volkshaus para dar cabida a los espectadores.

Cuando uno de los jueces que presiden el tribunal le preguntó si entendía los cargos, Vincenz trató de explicar que una contabilidad descuidada hizo que algunos de los gastos figuraran inadvertidamente como relacionados con la empresa cuando eran de naturaleza personal. También intenta relacionar muchas de las fiestas fuera de horario con eventos diurnos legítimos para los que, según él, representaba a sus jefes. “Con respecto a [visits] a los bares y clubes nocturnos, mantengo plenamente que estaban justificados por el negocio”, dijo, según Reuters. “Hay facturas individuales que aparecieron en la cuenta con respecto a los viajes de negocios, que [should have been] privados, pero en su conjunto estaban justificados por mi actividad empresarial”.

Un juez trató de aclarar su postura. “¿Entiendo bien su afirmación de que, cuando iba solo a un cabaret, había invariablemente gente de negocios presente y cada invitación se hacía en interés de los negocios de Raifeissen?”, preguntó el juez, a lo que Vincenz respondió: “No tuve la sensación de haber hecho nada delictivo en este caso.”

Vincenz y sus otros seis socios procesados -que niegan todos los cargos- están acusados de enriquecimiento, fraude y mala gestión de los fondos de la empresa entre 2006 y 2017. Los hombres se enfrentan a hasta seis años de prisión y podrían tener que pagar unos 77 millones de dólares en restitución si son declarados culpables.