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Cómo la ciencia y la innovación pueden fortalecer los sistemas alimentarios mundiales

Los sistemas alimentarios, desde la producción hasta el consumo, son de naturaleza compleja y requieren esfuerzos coordinados en diferentes niveles. Los sistemas alimentarios son las decisiones de política pública, las cadenas de suministro nacionales y mundiales y los individuos y grupos públicos o privados que influyen en lo que comemos.

Lamentablemente, los sistemas alimentarios mundiales actuales no son sostenibles. Una de cada nueve personas se ve afectada por el hambre en todo el mundo. Esta situación se agravó con la pandemia.

Actualmente, los sistemas alimentarios mundiales no previenen la desnutrición. De hecho, pueden empeorar la nutrición y los resultados de salud con las altas tasas de obesidad y problemas de salud relacionados causados ​​por dietas poco saludables. La comida de hoy también carece de suficientes nutrientes.

Los sistemas alimentarios afectan negativamente al medio ambiente, contribuyendo con alrededor de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero entre 1990 y 2015. Son susceptibles a interrupciones como la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania o cualquier desastre natural. Pero la ciencia y la innovación pueden ofrecer una salida.

Primeros pasos hacia las innovaciones científicas

El Secretario General de la ONU, António Guterres, convocó la Cumbre de Sistemas Alimentarios en 2021 con el objetivo de alentar a las partes interesadas a colaborar para lograr cambios tangibles y positivos en los sistemas alimentarios mundiales.

Con cinco líneas de acción, la cumbre se centró en los esfuerzos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU relacionados con los sistemas alimentarios, especialmente el Objetivo 2 (Hambre Cero).

Antes de la Cumbre, se creó un Grupo científico independiente para proporcionar información de la comunidad científica mundial. La información generada se utilizó para recomendar siete prioridades de innovación para transformar los sistemas alimentarios. Tres están directamente relacionados con la ciencia y la tecnología de los alimentos.

Innovaciones en ciencia y tecnología de los alimentos.

Las innovaciones en ciencia y tecnología de los alimentos están bien posicionadas para abordar muchos desafíos de los sistemas alimentarios. El procesamiento de alimentos ha permitido la conservación de nutrientes y la mejora de la calidad sensorial, la seguridad y la vida útil de los productos alimenticios. La fortificación de alimentos, el proceso de agregar micronutrientes a los alimentos, ayuda a satisfacer necesidades nutricionales específicas para mitigar la desnutrición.

El mundo desperdicia millones de toneladas de alimentos cada año. Por lo tanto, sería ideal reducir el desperdicio de alimentos y alentar a las personas a consumir dietas con menor huella de carbono. Pero como eso parece demasiado idealista, las tecnologías de procesamiento (como la impresión 3D) pueden usarse para convertir estos desechos en nuevos productos alimenticios, promoviendo el uso eficiente de los recursos.

Los esfuerzos continuos de diversificación de alimentos incluyen recursos sin explotar (como el mijo y los baobabs) que tienen grandes cantidades de nutrientes. Estos cultivos abandonados, subutilizados, menores o huérfanos deberían consumirse más. El uso de alternativas sostenibles como alimentos de origen marino e insectos comestibles también está ganando popularidad en algunas culturas.

La diversificación puede ayudar a reducir el uso excesivo de los cinco grandes alimentos básicos (maíz, arroz, trigo, papas y mandioca) y ampliar el tipo de nutrientes consumidos. También puede fomentar la producción local de alimentos, aumentando la resiliencia.

Se ha demostrado que el procesamiento de alimentos, como la fermentación, desbloquea los beneficios para la salud de los alimentos. Existe una sólida evidencia científica de que los componentes activos de los alimentos funcionales (alimentos que ofrecen beneficios para la salud más allá de su valor nutricional) pueden prevenir enfermedades como la hipertensión y la diabetes tipo 2.

Este enfoque preventivo de la salud está en gran parte infrautilizado.

La implementación efectiva es igual al éxito

La tarea principal ahora es implementar de manera eficiente estas recomendaciones, especialmente en las regiones más afectadas por la inseguridad alimentaria.

Las iniciativas de políticas de sistemas alimentarios ocurren principalmente a nivel nacional y mundial y los compromisos a nivel comunitario pueden ayudar a aumentar las posibilidades de mantener su impacto a nivel local. La participación local también puede ayudar a recopilar e implementar conocimientos tradicionales y creencias culturales que influyen en la innovación.

Las soluciones del sistema alimentario deben ser impulsadas localmente y culturalmente informadas.

Esto requiere enfoques inclusivos en la recopilación de datos científicos, incluso a través de la ciencia ciudadana. El intercambio de datos en revistas científicas también debe expandirse para incluir métodos y resultados no convencionales, especialmente aquellos de importancia regional, que pueden acelerar las soluciones.

Las intervenciones también deben centrarse en el consumidor. Las innovaciones emergentes deben ser impulsadas por la participación y los aportes del público, en lugar de las prioridades de la industria y la financiación. La alimentación es un tema emotivo e involucrar al público en los debates sobre los sistemas alimentarios puede ayudar a reducir la información errónea y fomentar la aceptación de las innovaciones.

Al mismo tiempo, también es crucial la voluntad política para impulsar sistemas alimentarios centrados en la innovación a nivel local y mundial. Se debe exigir a la industria que priorice las innovaciones que producen alimentos de manera sostenible con un beneficio público directo.

También se necesita una mayor inversión financiera. El Grupo Científico de la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU propuso que los gobiernos de todo el mundo deberían gastar al menos el uno por ciento de su PIB agrícola en la ciencia y la innovación de los sistemas alimentarios. Este apoyo también debe extenderse a la creación de pequeñas empresas y nichos de mercado para productos alimenticios no convencionales, especialmente en comunidades rurales y países de ingresos bajos y medios.

Por último, la complejidad de los sistemas alimentarios actuales requiere la colaboración de diferentes disciplinas científicas y sectores a la hora de desarrollar e implementar soluciones. Por lo tanto, las instituciones académicas y de investigación deben actualizar sus políticas para recompensar adecuadamente los enfoques colaborativos que tienen más posibilidades de brindar soluciones que el statu quo.

Chibuike Udenigwe, Profesora y Cátedra de Investigación Universitaria en Propiedades Alimentarias y Biodisponibilidad de Nutrientes, L’Université d’Ottawa/Universidad de Ottawa

Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.